Era pequeño y novato
y un poquitín orejudo
y para colmo aquel casco
que parecía un embudo
y en el primer envite
no vio venir la espada
y gritó de espanto
al sentir que su oreja se desprendió
y el miedo le sobrecogió de lleno
ni siquiera vio al maestro que en silencio se acercó.
Coro:
Porque él cuida
con cariño
al soldado
que ha caído
él comprende
al herido porque él mismo también ha sufrido.
Bajo la luz de la aurora
al despertar la mañana
se dibujó la silueta
de un hombre solo en la playa
y en la pequeña barca
un pescador cansado se tiró al agua
y nadó al encuentro de su señor
dispuesto a cargar con su castigo
pero al enfrentar sus ojos experimentó el perdón.